Hace ya casi un año que compre mi flamante Nikon D-5000 en un pack de El Corte Ingles con el que me daban un objetivo llamado Nikkor 18-55mm ƒ/3.5-5.6G VR.
La compré para porque se podía pagar en un año sin intereses y porque me iba a ver la F1 a Montmeló, excusa barata, la verdad es que me apetecía muchísimo tener una réflex y ese era el momento.
Estuve mirando por foros y Webs buscando la réflex perfecta y me encontré con un par de batallas insípidas e intranscendentes sobre si era mejor Canon o Nikon, me recordaba a la típica pelea de Windows o Mac OS X o Linux, o PP o PSOE…
Al final me decidí por el modelo que más en forma parecía en ese momento dentro de mis posibilidades, la Nikon D-5000, con su pantalla abatible, grabando vídeo a 720p (sin autofocus) y todas las cosas que raras que tiene las réflex cuando vienes de una compacta como la Panasonic FX-5 ;)
Me puse a tirar fotos y a leer manuales como un loco, fui a Montmeló y me salieron fotos bastante aceptables, intentando tirar en manual siempre que el tiempo, las autoridades y los porros de marihuana lo permitieran. Después mucha foto social y algún intento artístico sin pena ni gloría la dejé un poco apartada.